La huella de carbono es una de las formas más sencillas de medir el impacto que cada persona deja en el planeta en su vida diaria. Esto se hace midiendo el total de gases de efecto invernadero emitidos, medidos en unidades de dióxido de carbono (CO2) tanto directa como indirectamente.
Consumo del agua
Un bien tan preciado como el agua es vital: ducha en lugar de bañarte, no dejes el grifo abierto mientras te cepillas los dientes, no pongas el lavavajillas, la lavadora y otros electrodomésticos si no están llenos y siempre usa programas económicos. Y trata de evitar la secadora, porque su uso es un desperdicio de energía y CO2.
La reutilización del agua, la incorporación de sistemas de recolección de agua de lluvia o el riego automático son también algunas de las cosas que puede hacer para ser eficiente en el uso del agua.
Residuos
Aquí, sin duda, la base es clara: aplicar la regla de las tres R, reducir, reciclar y reutilizar:
Reutilizar: Además del gasto económico que te ahorrarás, el impacto de producir un
bien nuevo es siempre mucho mayor que el de reutilizarlo: un claro ejemplo es
el de las bolsas de plástico y los más de 150 años que 'se tarda en degradarse:
Piensa antes de tomar uno!
Reducir: tanto la cantidad como el coste de los productos contaminantes. Por
ejemplo, trate de reemplazar los materiales no biodegradables por otros que sí
lo sean y minimice el uso de todos ellos en la medida de lo posible.
Reciclar
por bandera, y en caso de duda, aquí hay algunos
datos: Reciclar una lata de aluminio ahorra el 90% de la energía necesaria para
producir una lata nueva: ¡9 kg de emisiones de CO2 por kg de aluminio! Por 1 kg
de plástico reciclado, el ahorro es de 1,5 kg de CO2; por 1 kg de vidrio
reciclado, 300 g de CO2, y por 1 kg de papel reciclado, 900 g de CO2. ¡Y
recuerda que el inodoro no es un desagüe para deshacerte de todo!
Alimentación
El tipo de dieta y la cantidad de alimentos influyen en las emisiones de CO2. En este sentido, es mejor comer menos carne y más verduras e intentar comer alimentos frescos de temporada.
Recuerde cocinar siempre de manera eficiente y saludable; además, por supuesto para reciclar más tarde. Y compra con la cabeza, deja el "por si acaso" y limítate a comprar lo que realmente vas a consumir.
Recomendamos estos aspectos no solo por el
medio ambiente, sino también por tu propia salud.
Transporte
Lo ideal es conducir el vehículo más
sostenible a pie o en bicicleta. Pero si no puede, debe intentar hacer un mayor
uso del transporte público. Sabemos que a veces nos vuelve locos, pero las
ventajas de usarlo merecen la pena.
En tren mejor que en avión. El avión es una de las mayores fuentes de aumento de la huella de carbono. Hay que primar la movilidad sostenible.
Y cuando uses tu vehículo, actúa con responsabilidad: si puedes compartirlo, conduce en marchas altas y no aceleres demasiado, porque a velocidades más altas, mayor consumo de combustible y menor huella de carbono. ¡Las cosas no deben desperdiciarse!
Entonces, ya tenemos otra razón para mejorar
nuestros hábitos sostenibles y tener un hogar saludable, eficiente y carbono
neutral que use la menor cantidad de energía y que le haga el menor daño al
planeta.